miércoles, 7 de abril de 2010

PORQUE LORENZINI NO FUE CANDIDATO DEL PRI

NUNCA LA SOBERBIA SUBIRÁ AL CIELO. Julio Lorenzini Rangel estuvo a punto de cumplir la ambición que tiene en mente desde hace muchos años: la candidatura del PRI a la presidencia municipal.
En el último momento perdió esta oportunidad por la misma razón de cada tres años: la soberbia que le hace creer ser el mejor.
A unos minutos de recibir el nombramiento, la arrogancia lo perdió nuevamente.
Confiado en el respaldo que tenía del secretario de Gobernación, Valentín Meneses Rojas; Lorenzini Rangel se negó a negociar con el resto de los aspirantes que estaban dispuestos a declinar a su favor a cambio de posiciones en el Cabildo y en el gabinete.
Altivo, minimizó estos apoyos y terminó por quedarse solo.
Entonces, los priístas se agruparon en torno a Juan Taylor Morales.
Obligado por las circunstancias, se despidió de la posibilidad de ser candidato del Partido Revolucionario Institucional, del cual se marchó por la puerta de atrás, sin avisar.
Pero, terco, lo intentará nuevamente en dos años por el Partido Acción Nacional.
Con buenas expectativas, está por arrancar campaña por la diputación local bajo las siglas de la alianza Compromiso por Puebla, en la que también se encuentran el PRD, Convergencia y el Panal.
Aunque, si gana, se enfrentará al dilema de dedicarse de tiempo completo a cumplir como legislador o aprovechar esta posición para preparar su candidatura a la presidencia municipal.
Ya hay quien apuesta que en dos años solicitaría licencia porque saben que nunca aprendió, ni aprenderá la lección.
Es evidente que ha madurado, pero no lo suficiente para aprovechar las oportunidades en los nuevos frentes de batalla.
Si, tras el tropiezo, comprende y hace suyo el significado de la modestia y la humildad, Julio Lorenzini Rangel irá por buen camino a convertirse en un verdadero político.
Al tiempo. (Napoleón Rojas)

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